martes, 22 de febrero de 2011

Recuerdo


Mamá me lleva a pasear sobre sus pies. Juntas recorremos baldosas dañadas. Miramos desde arriba lo que se escurre del pasado. Saludamos a los recuerdos. Mamá me sostiene en un abrazo. Evita que me caiga. Me roba una sonrisa. Volvemos a sonreír mirando hacia abajo. Ahora, mamá me deja caminar sola. Un poco más cerca del piso. A veces, quiero que me lleve sobre sus pies. Mirar todo desde más lejos. Caminar y ver todo en secreto.
Manuela Bares Peralta

Frida



"Intente ahogar mis dolores, pero ellos aprendieron a nadar".

Quizás así se quiere...

"nos queríamos en una dialéctica de imán y limadura, de ataque y defensa, de pelota y pared" - Julio Cortazár.

a esto es lo que llamo tiempo muerto

¿De que color es tu campera preferida?: gris
¿Te crees una persona simple?: no -todo lo contrario-
¿Te crees vengativo?: ¿quién no?
¿Te crees burlón?: no lo puedo evitar
¿Te gusta tu pelo?: tenemos nuestros momentos
¿Te gusta el queso?: no mucho
¿Te gusta el pescado?: ajam
¿Planificas la ropa que te vas a poner antes de salir?: si y después de eso me vuelvo a cambiar una 8 000 veces
¿Cómo te sentís en este preciso momento?: estoy
¿Cuándo fue la última vez que hablaste con uno de tus mejores amigos?: recién
¿Cual fue el ultimo sueño que te acordas?: uno de una profesora sin trabajo que se convertía en perro
¿Cuándo fue la última vez que hablaste por msn?: hace 30 minutos (un poco más o un poco menos)
¿Decís msn o messenger?: msn
¿Tienes alguna fobia?: muchas - aunque no se si catalogan para fobias o es mi habilidad para exagerar esas cuestiones -
¿Conociste a alguien hoy?: no
¿Qué es lo más cerca que tenes de color rojo?: un pañuelo con una flor roja o varias
¿Qué estás escuchando en este momento?: arcade fire
¿Sos sensible?: no (o por lo menos me opongo a serlo eso no quiere decir que lo consiga con éxito)
¿Donde te gustaria vivir?: lejos
¿Harías paracaidismo?: no - las alturas no son mi fuerte -
¿Sos nervioso?: muy
¿Alquilas películas muy seguido?: si - una de mis debilidades -
¿Podés contar desde 74 hasta 1?: y depende el día
¿Morocha o rubia?: morocha
¿Tienes miedo de tropezarte dos veces con la misma piedra?: ajam (a eso lo catalogaria de fobia)
¿Alguna vez viajaste en tren?: ajam
¿Alguna vez te enamoraste?: no
¿Sos de guardar secretos?: sip
¿Tenés alguna enfermedad?: ¿psicología? probablemente... deberíamos preguntarle a mi psicoanalista
¿Perdonas fácilmente?: me cuesta
¿Qué planeas hacer estas vacaciones?: muchas cosas
¿Viste alguna vez el efecto mariposa?: si
¿Lo último que preguntaste?: ¿en vez de a la tarde puede ser a la noche?
¿Tenés el pelo ondulado?: según de que humor se levante, el pelo digo
¿Importa la apariencia?: depende de lo que la sostenga
¿Alguna vez le pegaste una cacheteada a alguien?: nop
¿Tatuajes?: no todavía
¿Piercings?: en la naricita
¿Dormís con la tele prendida?: una de mis débilidades
¿Sos de leer mucho?: muchisimo
¿Estás contento con tu vida?: tiene sus momentos
¿Soportas que te digan la verdad?: sí (creo)
¿Tenés alguna parte del cuerpo lastimada?: sip
¿Extrañás a alguien?: no estoy segura
¿De quién es el último sms que te mandaron?: mami
¿Si tuvieses que mudarte con algun amigo/a, a quién elegirías?: sonia o sofía
¿Quién fue la útima persona con la que fuiste al cine?: dady and mummy
¿A quién le podés contar todo?: esas personas saben quienes son (siento mi intimidad invadida jajaja)
¿Qué usás más, el teléfono de tu casa o el celular?: hay empate
¿Contás los días que faltan para algo?: ajam
¿Alguna vez te dijeron histérica/o?: seguro
¿Tenés amigos tan cercanos que ya son casi familia?: si pocos
¿Alguien te dijo algún secreto esta semana?: ne
¿Apagás el celular en algún momento?: si
¿Cuándo fue la última vez que lloraste de risa?: con sonia y hubo catarata de agua de por medio
¿Te gusta tu nombre?: ne
¿Te drogaste?: no entiendo tu léxico
¿Tu virtud?: muchas JÁ
¿Tu defecto?: muy directa entre otros
¿Estás de novio?: no

-Sin mentir:

¿Qué fue lo ultimo que estuvo en tu boca?: comida
¿Qué amigo o conocido vive mas cerca de ti?: Gonzalo y Rocío
¿Dónde esta tu padre ahora?: nosé se fue a comprar cigarrillos y nunca más volvio (no mentira mirando tv supongo)
¿Puedes vivir un día sin televisión?: negativo
¿Qué escuchas ahora?: la tv
¿Ultima vez que caminaste mas de una cuadra?: siempre
¿Ultima película que fuiste a ver al cine?: El discurso del rey
¿Lo que mas te gusta comer?: sushi
Prefieres ¿Clima frío o calido?: frío
¿Algo que no soportas?: tantas cosas

-Confesiones de Invierno:

Estoy inseguro sobre mi sexualidad: ajajaj no!
He llorado viendo una pelicula: muchas ( y siempre en las mismas partes)
Llevo joyas: no
Me encanta reir: ajam
Me gusta el rock: positivo
Me gusta el rap: eminem cataloga en ello?
Llevo bolso: o algo de la familia ? always
Me aburro viendo fútbol: absolutamente
Alguna vez me llamaron mala influencia: nop
Juego a videojuegos: ajam - soy una competitiva en potencia -
Haría cualquier cosa por mis amigos: seguro
Quiero un tatuaje: todavía no lo sé

El que tiene sed - Fragmento: Libro 1 ¨Hasta que vino el miedo¨ (Abelardo Castillo)

¨No deberías seguir tomando¨, escuché, aunque sin que la historia cambiara demasiado podría escribir escuchó, ya que ignoro si estas cosas me están ocurriendo realmente a mí, o a otro, y hasta algo peor: ni siquiera entonces, ni siquiera en el momento de oír la voz apagada de la muchacha, habría podido jurar que el destinatario era yo. No es fácil de explicar. Yo estaba ahí, sí, en esa mesa junto a la ventana, en el bar Nilo, y la muchacha era Mara. y me hablaba a mí, hablaba en voz baja, sin mirarme y en el tono casual con que uno se dirige a un sujeto peligroso o a un chico trepado a una cornisa; pero yo estaba como a un metro de mí mismo y lo veía beber. Y el que se emborrachaba por mí, o más exactamente por los dos y hasta por el mundo en general , era el otro. Otro con mi nombre y mi cara. Esteban Espósito. Él. Con mi cara y mi nombre, y sobre todo, con mi edad. Mi trigésimo primer año al cielo. Y él, a quien desde un alto otoño con lentas aves acuáticas le sonrié ahora Dylan Thomas agradeciéndole la paráfrasis, que en realidad es una cita equivocada, él brindo amistosamente con el aire, bebió de golpe su tercer whisky y, no sin cierta repentina urgencia, buscó con la mirada al mozo. ¨Pero, algún día, con todo esto vamos a hacer milagros¨, se oyó decir. La muchacha, Mara, parecía muy ocupada en alisar con el dedo índice dos papelitos de color sobre el mantel, dos boletos. No lo miró. ¨Milagros¨, insistió él y ella se puso tensa. ¨Vino del bueno, como en las bodas de Caná... Con todo esto, gracias a esto. A pesar de esto. Claro que...¨ Claro que allá era agua, pensó, agua quizá sagrada. Del Jordán. No adulterado y corrupto whisky nacional. Y puede que no deba seguir bebiendo, sí. Porque la voz apagada de la muchacha lo sorprendió en mitad del gesto de alzar el vaso vacío boca abajo, en dirección al mozo, gesto casi impúdico, vagamente obsceno, que él no disimuló, sino más bien acentuó, aunque dejarse ganar ahora por la irritación era una estupidez. O no habría descubierto esa misma tarde que no es el alcohol lo que emborracha. No es el alcohol, es el estado de ánimo, el estado de ánimo con que se lo toma. Y ella le creyó. Claro que cuando le explicó estaba sobrio. Y claro que eso de que ella le creyó admitía un analísis más profundo.

- Sí tal vez yo no debería seguir tomando - dijo-. Y tal vez, y fijate que digo tal vez, que no afirmo nada, tal vez vos no deberías seguir tratándome como a un borracho -y pensó que se estaba poniendo elocuente y sarcástico, lo que no era de ningún modo una buena señal-. Los borrachos somos hipersensibles. Es típico. Y astutos. Vos lo sabés, o por lo menos deberías saberlo. - Ella no lo miraba, pero tampoco parecía hacer ningún esfuerzo por no mirarlo, era increíble la naturalidad que había ido adquiriendo en los últimos tiempos. El mozo estaba junto a la mesa. Esteban pidió otro whisky. Y sin embargo todavía era posible dar un salto y reacomodar la noche-. Y más hielo -dijo después, y esto le permitió dar el salto-. Y me trae la cuenta.

Si hace el menor gesto de alivio, pensó, va a ser como si me asesinara. Pedir la cuenta había sido un acto de voluntad capaz de desorbitar las estrellas, sólo que ninguna mujer podía comprender su sentido. No se trataba de que necesitara seguir bebiendo, no al menos por ahora, ni de que tuviera miedo de hacer un escándalo en una noche como ésta, en la que había habido una pélicula del Pajaro Loco y una fragata iluminada en el puerto y dos boletos capicúas; se trataba de que, al pedir la cuenta, lo había hecho por ella, para que, por lo menos esta noche, ella se quedara en paz. Pero sin hacer el menor gesto de haberse quedado en paz.

Ella dijo:
-Tu boleto es menos capicúa que el mío.
Él la miró, pero no pudo sorprender la menor pista, nada raro o afectado en su voz. Lo que había dicho, lo había dicho. Así nomás era. La muchacha dejó de mirar los boletos y alzó los ojos, él alcanzó a apartar la mirada a tiempo. ¿O le pareció? ¨No hay grados de capicuidad¨, se obligó a decir en el mismo tono de la muchacha, todo el mismo tono que a él, a sus años, le estaba permitido. Treinta y uno, pensó; me quedan siete. Un poco más. Lo había soñado con toda claridad unos días antes. Un púlpito. O el estado de un juez. El hombre vestido de negro, sin cara, y su voz: treinta y no cuarenta. Y él supo, en el sueño, que había querido decir treinta y nueve. Pero mejor no pensar mucho en esto o iba a terminar contándoselo. Terapia al revés, nada en el mundo da tantas ganas de tomar un whisky como contar sueños o evocar la infancia.
-Capicuidad- repitió claramente él.

jueves, 10 de febrero de 2011

Un beatle en River


Yo soy de esa generación que se enamoró de los Beatles, que cantó todas las canciones de Pink Floyd en la ducha y que rockeo con Genesis (eso si en la epoca de Peter Gabriel). Pero a fin de cuentas, todas esas grandes bandas ya se habian separado cuando comenzaron a gustarme, es más antes que yo naciera. Entonces, hay un cancionero limitado, una cantidad precisa de grandes peliculas y en cuanto a verlos solo en la tele. Hace unos años atras, si bien no pude ver a Pink Floyd, vino Roger Water, y en ese River repleto nos contagio algo del misticismo sinfonico de The Dark Side of the Moon y de esa revolucion musical que fue The Wall. Y en cuanto a los Beatles, ni John ni Georgie están más, y Ringo si bien tiene lo suyo es Paul por el que siempre tuve una debilidad. Ese chico melenudo y menudito del videoclip de Help! es el genio musical de la era pasada y la nuestra. Y después de tantos tire y aflojes de la llegada a Paul en la Argentina al fin se dio. Verlo en vivo fue un sueño. No mesquino en cuanto a repertorio, hizo una pasada por sus discos solistas, algun que otro temina de The Wings y los tan esperados temas beatles. Un Hey Jude que se alargo infinitamente, un All my loving que fue la primera gran ovación y un Eleanor Rigby que le ponía a uno la piel de gallina. Si bien el hambre Beatle es insaciable y es imposible no lamentarse un Revolution, un Strawberry Fields Forever y un She is leaving home, fue un show sin desperdicios. Paul, si bien con unos años de más, seguía siendo el mismo chico de Liverpool que armaba canciones con una cuerda. Y sus fanaticos, con diferencias generacionales de por medio, también seguían siendo los mismos que enloquecían al compás de Back in the URSS. Paul es sin dudas un músico atemporal.

Manuela Bares Peralta.